El finde estuve en Mar del Plata, descansando principalmente, pero por sobre todo, lastrando FUERTE.

Hablando con amigo de la industria gastronómica, me recomendó un restó italiano «no turístico» donde según sabía «se come MUUUYYY bien y no te arrancan la cabeza».

Hacia allí nos dirigimos el sábado por la noche; como estaba a 11 cuadras del depto donde paramos, fuimos caminando.

Restaurant Nonna Raffaela. Dirección: Alberti 2583, Mar del Plata

Al lado de un Disco.

El ristorante no tiene demasiadas mesas, pero es acogedor y está bien puesto. Tuvimos que esperar un ratito para poder sentarnos, pero la espera valió la pena…

Nos recibieron con una excelente atención de principio a fin y sin haber pedido nada, nos trajeron una canastita llena de panes distintos (incluyendo los famosos panes de pizza), un plato con aceitunas en aceite y dos bolitas de manteca con condimentos.

Por si esto no fuese suficiente, también nos trajeron este plato con milanesas de berenjena a la napo, berenjenas en escabeche, tomates y verduritas en aceite.

Pedimos pastas, por supuesto. Aunque había una variedad de platos importantes. Las porciones son para dos personas así que observen los precios y saquen sus conclusiones..

Nos decidimos por fettuccine a la parisienne. Las verdad es que queríamos ñoquis verdes y blancos, pero por algún motivo (denominado cansancio) dijimos fettuccine y no nos dimos cuenta sino hasta que trajeron los platos, que habíamos pedido fideos cinta (los famosos «fettuccine») en vez de los ñoquis. Pero no nos quejamos al ver este manjar.

Pedimos una porción para compartir y esto es lo que nos vino…

Una olla gigante para cada una llena de estos fideos con crema, jamón, pollo, champignones y queso gratinado. Cabe mencionar que la olla estaba hirviendo y POR SUPUESTO, que me quemé hasta las terlipes. Resultado:

Después de la «entrada», no nos quedaba mucho espacio para las pastas, pero tranquis que sí me hice el espacio para el postre… El elegido fue un almendrado con charlotte arriba. OK, no muy italiano, pero tampoco había una inmensa variedad que me tentara. Espectacular el postre de cualquier forma.

Para finalizar haré dos comentarios:

1) Acá está lo que pagamos. Al volver al depto y revisar el ticket noto este detalle con respecto a las pastas. Nos cobraron para las dos en total media porción. La cuestión es que no sé si nos cobraron mal porque eran dos medias porciones; si esa bestialidad que nos sirvieron eran dos medias porciones, en cuyo caso con una comen 4; o si lo hicieron en compensación de que Pauly no comió un cuerno (es una hormiga comiendo) y pensaron que era por los ñoquis, o en compensación de la falta del punto 2) que comentaré ahora.

2) A TODO el mundo al momento de llevarles la cuenta, les regalaban por persona un vasito de limoncello. De más está decir que a nosotras no. Tampoco entendimos si se debió a la cara de menor de edad de Pauly (ahora me caga a golpes, no hay drama); o lo más probable: A que ya estaba cerrado el local cuando nos fuimos y osamos de ser las últimas en salir, por lo cual, no quedaban ni los mozos.

Como sea, este lugar me dejó tanamente enamorada, decorado al mejor estilo italiano, con gente gritona haciéndole honor, personal muy cordial y atento; comida exquisita, precios más que aceptables y corazón más que contento.

DATO: Tienen wi-fi.

¿Ya podemos decirlo?

El mejor restaurante de comida italiana en Mar del Plata!

Lucy Puì.-