Sorpresa la mía al enterarme que a metros de nuestro hotel se hallaba este barcito tan particular en una zona donde los 30/40 grados, son moneda corriente, más a esta altura del año.
Icebar, el bar de hielo en Puerto Iguazú, Misiones
Icebar es un bar ubicado al costado de la Ruta 12 (Kilómetro 5), en Puerto Iguazú, Misiones; que se caracteriza por estar hecho totalmente de hielo.
Lo más interesante es la dinámica con la que está armado esta clase de «tour». Llegás, sacás tu entrada que cuesta $120; cuando se cumple el horario, ingresás en una especie de guardarropas donde te proveen de campera y guantes para tolerar las bajas temperaturas dentro del bar. Ya desde ahí empezás a sentir el frescor, muy similar a cuando íbamos a patinar sobre hielo y pedíamos los patines…
Luego pasás a otro cubículo donde la temperatura es de 5° para que te vayas adaptando. En esta instancia te explican cómo será la experiencia en el bar, el tiempo permitido, el hecho de que el alcohol es libre, no se puede comer ni fumar y hay que tomar precauciones con las cámaras de fotos porque el cambio brusco de temperatura y la exposición a tanto frío puede arruinar el lente…
Claro que los nikonistas no tenemos de qué preocuparnos =P
De todos modos, adentro hay un fotógrafo sacando fotos que luego cuando salís totalmente entonado te las venden y comprás con mucho gusto *como fue mi caso* jajaja
El bar al que finalmente ingresás, se encuentra refrigerado a una temperatura de 10/15 grados BAJO CERO, lo que permite que tanto las paredes como las «esculturas» de hielo, la barra y los vasos no se derritan.
Efectivamente, los vasos también eran de hielo…
El mecanismo es el siguiente: Podés estar en el bar hasta 30 minutos, en los cuales tenés barra libre. Hay una lista de tragos que ya están preparados, sino pedís y te arman lo que querés en corto tiempo porque la idea es que en ese plazo tomes el máximo posible, claro.
Las bebidas son todas “blancas” y por lo que recuerdo nacionales.
Obviamente le entré a la combinación de licores y alcancé a tomar tres vasos porque estaba a cargo de la cámara… Pero igual… Salí dada vuelta.
En el medio ponen música de boliche y te podés tomar fotos en el lugar con todo lo que encontrás…
Hola, ¿Hace mucho que venís por acá? *Es lo que hay*
Finalmente, cumplido el tiempo, volvés a hacer el mecanismo inverso para salir y pasás a la salita de fotos, donde ves las que te tomaron solo o con tu grupo de amigos y en general estás muy ebrio para entender que te están choreando con una foto a 70 mangos, pero… La experiencia es lo que cuenta, tuvimos una gran mini noche, nos olvidamos del calor por un rato (yo lo AMÉ, es mi clima ideal claro está) y conocimos algo distinto en la punta norte de nuestro país.
Totalmente recomendable para quienes anden por allá y después de cenar se quieran dar una vueltita por el Polo Norte (?) 😉
L.-
Hermosa experiencia… y hermosa la payasita de ojos celestes y nariz colorada… lástima el aparatejo ese negro que se asemeja a una cámara pero que dista mucho de serlo..jajajajja
Yo tmb te quiero pavota…
30 minutos nada más?! Me quedo re manija!!!
jajaja si, pero podés volver a pagar y entrar una vez más *tampoco la pavada*